Artículo completo (PDF): EGR06 00 Editorial
“Este libro es el primer libro, pintado antaño, pero su faz está oculta [hoy] al que ve, al pensador. Grande era la exposición, la historia de cuando se acabaron de medir todos los ángulos del cielo, de la tierra, la cuadrangulación, su medida, la medida de las líneas, en el cielo, en la tierra, en los cuatro ángulos, de los cuatro rincones, tal como había sido dicho por los Constructores, los Formadores, las Madres, los Padres de la vida, de la existencia, los de la Respiración, los de las Palpitaciones, los que engendran, los que piensan. Luz de las tribus, Luz de los hijos, Luz de la prole, Pensadores y Sabios, [acerca de] todo lo que está en el cielo, en la tierra, en los lagos, en el mar. He aquí el relato de cómo todo estaba en suspenso, todo tranquilo, todo inmóvil, todo apacible, todo silencioso, todo vacío, en el cielo, en la tierra. He aquí la primera historia, la primera descripción.”
(Popol Vuh, o Libro del Consejo de los Indios Quichés, cap 2)
Tienes en tus manos el primer número monográfico de esta Revista. Nos ha parecido una buena ocasión para ello el IV Congreso de Educación para el Desarrollo, que Hegoa organizó a finales de noviembre de 2014 en Vitoria-Gasteiz. Aunque pueda parecer que este evento tiene un perfil demasiado nacional para el contexto internacional en que se sitúa esta publicación, ciertamente su vocación es supranacional desde muy diversos puntos de vista: sus asistentes, sus dinamizadores… con especial hincapié en lo que se refiere a América Latina. Para las y los lectores que desconocen la trayectoria de este evento mencionaremos que el primer Congreso fue en 1990 y que el segundo tuvo lugar en 1996, con el título: “De la transversalidad a la Educación Global”. El tercero se realizó diez años después bajo el título: “La educación transformadora ante los desafíos de la globalización (2006)” y el cuarto es el que mencionamos ahora, ocho años después: “Cambiar la educación para cambiar el mundo… ¡Por una acción educativa emancipadora! (2014)”[1]. Este último Congreso fue precedido, además, de unas reuniones (Córdoba, 2008; Alburquerque, 2010 y Barcelona 2013), recomendadas en el anterior, que fueron preparando el terreno a lo sucedido en la capital alavesa en el Congreso de 2014.
Con el paso del tiempo, este Congreso es posible que se haya convertido en un referente en el contexto español y desde ahí pensamos que puede ser un motivo para pararnos a revisar y reflexionar sobre lo que es la Educación para el Desarrollo desde la perspectiva de un evento con una trayectoria acreditada. Nos parece también que es un dato relevante el espacio temporal que hay entre el primero y el último. Los casi veinticinco años que han pasado desde el primero nos sirven para dirigir una mirada crítica al proceso que con los años ha desarrollado la EpD desde este lugar significativo.
Es importante aclarar que proponemos en este número una mirada crítica –en el mejor sentido de la palabra- pero no “criticona”. Valoramos en profundidad el esfuerzo que realizan nuestros compañeros de Hegoa y de las entidades que integran sus diferentes comités organizadores (alguna en nuestro Consejo Editorial). Este número contiene una parte en la que simplemente se presentan algunas de las ponencias o reflexiones de las personas asistentes; en otras se han incluido entrevistas a otros asistentes, o artículos solicitados a participantes contando lo vivido en el Congreso.
Desde la primera perspectiva se sitúa el primer artículo, única ponencia, dicho en sentido clásico, que tuvo el Congreso. Ésta fue presentada por la educadora popular argentina Isabel Rauber. La ponencia que vivimos y el artículo que presentamos son tan parecidos y tan diferentes como lo pueden ser un buen libro de su excelente versión cinematográfica. Diferentes lenguajes, diferentes contextos, diferentes aproximaciones y una misma pasión en torno a un tema apasionante como son las “pedagogías de la esperanza”. Dada la diversidad de personas lectoras que puede tener esta revista, es posible que resulten chocantes algunas aproximaciones, algunas referencias… pero quizá todas podamos situarlas en ese punto inexcusable, como es que la educación, los aprendizajes que realicemos sean un cimiento sobre el que se asienten las esperanzas de las personas y de las sociedades. Lo mejor de todo es que la perspectiva desde la que se nos plantea es desde la de Latinoamérica, con toda su experiencia sufriente y luminosa. Y sobre todo de abajo a arriba, para crear una dinámica circular que supere cualquier tipo de colonialismo que nos pueda anular. Para Rauber, las pedagogías de la esperanza “son todas aquellas que alimentan y cultivan la conciencia y creatividad colectivas, las que se construyen y fortalecen a partir de la confianza en la vitalidad epistemológica, política y cultural de los pueblos, con voluntad y fe en que es posible cambiar el mundo abriéndolo a la justicia, la equidad, la convivencia solidaria en diversidad, la complementariedad, la armonía, la paz y la felicidad.” Sin duda, se trata de una aproximación muy cercana a la ·”educación para la solidaridad y el desarrollo global” que tratamos de investigar en esta revista. Recomendamos releer este artículo varias veces, hacerse un buen esquema, hablar de él…para saborear sus inquietudes y elementos esenciales sobre una educación que sea realmente de calidad.
Si recomendamos releer el primer artículo y hacerse un buen esquema, un mapa de ideas… con el segundo artículo proponemos “ir de pesca”. En este texto, que hemos denominado metafóricamente un “patchwork” encontramos un bello tapiz, hecho de retales de la participación de los asistentes del Congreso. Os invitamos a hacer una lectura a saltos del mismo, para buscar ideas sugerentes, puntos de encuentro, costuras solidas, combinaciones imprevistas… con respecto a la EpD y sus múltiples relaciones con la educación en general. Aquí podemos encontrar una selección de textos de las relatorías de los ocho grupos de trabajo que se desarrollaron durante el Congreso. El único criterio que tienen es que, simplemente, nos llamaron la atención, desde una perspectiva pedagógica. Si tomas un hilo y te llama la atención, te recomendamos seguir su rastro original en los textos completos de las relatorías que puedes encontrar en la web del evento. Cada uno es muy diferente y en esa diversidad podrás encontrar su riqueza.
El tercer artículo se compone de cuatro entrevistas realizadas a participantes del Congreso que, en general, han tenido una intervención significativa, como ponentes en mesas redondas o dinamizadoras de líneas de trabajo. Se trata de personas con una trayectoria relevante y que tienen mucho que decir y que compartir. Desde nuestra perspectiva investigadora les hemos planteado bastantes preguntas sobre sus procesos de aprendizaje como ciudadanos globales implicados “hasta los tuétanos” en la transformación social. Es curioso, cómo las respuestas en esta línea son siempre fragmentarias – lógico, pues este es un tema que no es un A+B=C – e intuimos poca reflexión sobre este hecho tan cotidiano y de largo recorrido. Se percibe cierta ausencia de procesos metacognitivos en los aprendizajes que nos han hecho ser hoy como somos –y en los que seguimos contruyéndonos–. Con todo ello, las entrevistas nos sugieren pistas sobre cómo el Congreso ha reflejado la necesidad de salir de los territorios habituales de la EpD y buscar otras maneras, otros contextos, que nos lleven a reflejar esa diversidad epistemológica de la que habla Isabel Rauber. Para ello, contamos con las voces de Jaume Martínez Bonafé, Jettro Pettit, Esther Vivas y José Emiliano Ibáñez. Esta vez sí que os recomendamos una lectura lineal, pero buscando conexiones, elementos, puntos de encuentro entre todos ellos… Seguro que disfrutaréis.
A continuación se presentan 4 artículos en los que encontramos un esfuerzo de las y los autores por revisar tanto lo que ha sido el Congreso como el estado actual y perspectivas de la EpD. Algunos de ellos lo han realizado desde la literatura utópica, es decir, ¿cuál sería la situación ideal a la que podríamos llegar en un hipotético V Congreso? Desde ese punto de vista se sitúan en un 2020 o 2025 y elaboran un ejercicio de imaginación tratando de incluir diferentes perspectivas que tengan en cuenta las mayores subjetividades. Agradecemos el trabajo realizado a Edualter, Iztiar Gandarias, Incyde y al Colectivo VillaQuién. En estos textos vamos a encontrar elementos que, una vez más, desafiarán nuestra propia comprensión y nos ayudarán a repensar la EpD y la educación en general desde sus diferentes accesos, posbilidades y expectativas. Se trata, entre otras opciones, como indican desde Incyde, de “resignificarse”.
En nuestro apartado de recensiones, comentamos dos publicaciones relacionadas directamente e indirectamente con el Congreso. La primera se trata, naturalmente, del volumen de 42 comunicaciones del mismo, que podéis consultar on-line. Probablemente, cada una de ellas sirviera para hacer un amplio comentario. Y también son demasiadas para una recensión completa, así que su autora nos presenta una relación de las comunicaciones que más se centran en procesos pedagógicos, en investigación, en creatividad, en innovación… lo que tiene más que ver con el enfoque global de esta Revista. Aun así, te proponemos echar una ojeada a este libro de la misma manera que lo hemos hecho, revisando el índice y estudiando con atención aquellos apartados que te decían “léeme”. También recomendamos echar un vistazo a aquellos apartados que tal vez son tan distintos a tus enfoques, que quizá puedan mostrarte una perspectiva diferente, que nunca hubieras imaginado.
La segunda recensión tiene que ver con un tomo ya clásico, pero recientemente publicado, que va inserto en lo que probablemente sea la línea más urgente (en nuestra opinión) de todas las que incluía el Congreso: Análisis de Procesos. Uno de los dinamizadores de esta línea, Oscar Jara, puso por escrito hace un par de años las ideas que ya había desarrollado y practicado desde hacía bastante tiempo. Y con la suerte de tener toda esa experiencia por escrito comentamos los elementos fundamentales de “La Sistematización de Experiencias. Práctica y Teoría para otros mundos posibles” (2012, Alforja y otras ediciones).
Como guinda a este “pastel” esta vez incluimos un “discurso invitado”, que tuvo lugar unas semanas antes del Congreso, y que pensamos que tiene que ver a la vez, poco y mucho con el mismo. En nuestra visión, la espiritualidad y la religión es un constituyente de las sociedades, que tiene que ser tan criticado como cualquier otro, pero al mismo tiempo también tiene una participación que contribuye, en muchas ocasiones, a la transformación positiva de las sociedades. El encuentro donde se desarrolló este discurso es un ejemplo de ello y el enfoque del papa Francisco, puede serlo también respecto al papel que cualquier tipo de liderazgo ha de tener en un contexto de construcción de las colectividades globales. Su claridad y su invitación a la movilización desde abajo nos parece que son muy complementarios a los trabajos del Congreso y nos habla de cómo personas en marcha sí que dan sentido al “congresus”. Cómo puede darse este encuentro más allá con la aportación de este enfoque lo explica con bastante claridad Jorge Bergoglio:
“Entre los excluidos se da ese encuentro de culturas donde el conjunto no anula la particularidad, el conjunto no anula la particularidad. Por eso a mí me gusta la imagen del poliedro, una figura geométrica con muchas caras distintas. El poliedro refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan la originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina, todo se integra, todo se integra. Hoy también están buscando esa síntesis entre lo local y lo global. Sé que trabajan día tras día en lo cercano, en lo concreto, en su territorio, su barrio, su lugar de trabajo: los invito también a continuar buscando esa perspectiva más amplia, que nuestros sueños vuelen alto y abarquen el todo”.
Con estos elementos hacemos una aproximación, siempre parcial, a lo que ha sido este IV Congreso. No obstante, nos quedan, con esa mirada crítica y valorativa que mencionábamos, algunas dudas, algunas propuestas de mejora que enumeramos de manera desordenada:
- La primera tiene que ver con el poliedro del que hablábamos antes. Evidentemente, a los encuentros acude quien quiere encontrarse, pero no por ello, no se deja de echar de menos a algunos de los actores implicados en el territorio de la educación transformadora. Así que este poliedro, en nuestra opinión, se veía incompleto en algunos importantes lados del Congreso. La solución no es fácil, pero entendemos que es posible buscar soluciones, con tiempo y creatividad para que estas no sucedan. Entre estas ausencias hay actores/actrices, geografías y también tendencias y aproximaciones.
- Dada nuestra vocación principal, nosotros echamos de menos especialmente la presencia de educadoras y educadores de todos los ámbitos, así como la reflexión sobre los procesos pedagógicos apropiados, su concreción y su desarrollo. Sin tener que ser éste un dato completamente negativo, percibimos mucha filosofía y poca reflexión didáctica en los enfoques que trabajamos últimamente en la EpD. Como dato a favor, se nota que es una filosofía sensible y pegada a la realidad, pero la transición entre la teoría y la práctica (la concreción de esas pedagogías de la esperanza) todavía es frágil y poco desarrollada en sus importantes posibilidades. Igual podríamos decir que de la misma manera que en épocas anteriores se ha pecado de “buenismo” (las iniciativas funcionarán porque tienen buena voluntad) en la actualidad hay cierto “principismo” (las iniciativas funcionarán porque tienen buenos principios o buenas causas). No obstante, nada de lo anterior es excluible. También se puede caer en cierto “tecnicismo” (las iniciativas funcionarán porque tienen buenas técnicas o procesos) o en otros “ismos”. La concreción de las pedagogías de las que hablamos no se centran fundamentalmente en la eficacia ni en ninguna “línea-base” sino un enfoque basado en el aprendizaje y las consecuencias que éste supone. Por ello es fundamental la presencia de personas educadoras que estén día a día poniendo en marcha –acertando y equivocándose- esas pedagogías.
- La tercera, en realidad como todas estas sugerencias, tiene que ver con la concepción y el valor que le damos a un Congreso de esta importancia (y especialmente con la cadencia con la que se realiza). Quizá en un encuentro que se celebra casi cada 10 años, el trabajo, desde el primer momento, habría de incluir una revisión del estado de la cuestión, su evolución y su práctica. Esto se realizó con una pregunta transversal a los participantes de los grupos de trabajo durante el mismo, pero seguramente la apuesta por esta línea de trabajo haya de tener mucha más fuerza y una solidez más relevante dentro del Congreso. Es probable que todo esté articulado desde los encuentros previos, pero eso es difícil de percibir para los que únicamente asisten al mismo.
- En esa revisión del estado de la cuestión es importante buscar los espacios y procesos adecuados, no sólo físicos, sino también mentales y temporales, además de tener claro cuál es la misión del encuentro (que tuvo repercusiones en el final del Congreso, nos tememos). Éste es un asunto complejo dada su diversidad, entre otros temas, pero que quizá requiera superar los límites temporales del mismo (antes y después), para que el sector, el amplio sector de la EpD (no sólo de las personas técnicas) se vaya apropiando de las preguntas y de las alternativas que están encima de la mesa. Ésta puede ser una vía para incluir y conectar con las inquietudes del aprendizaje global, como una vía para una sociedad que aprende a ser inclusiva (y que se pregunta y reclama sobre qué es ser inclusivo). Cómo decía Bergoglio, en esto tienen mucho que decir las personas excluidas como protagonistas de su empoderamiento.
- Por último, es de valorar el esfuerzo de las y los dinamizadoras en las diferentes líneas de trabajo, así como el uso de metodologías apropiadas –como menciona Pettit en su entrevista- para un espacio y un tiempo limitado como el de este encuentro. Sin embargo quizá sea un desafío superar su concepción en base a temáticas (aunque se denominen líneas de trabajo) y trabajar con otras aproximaciones. En esa línea de revisión de la EpD, pensamos que es más tiempo de buenas preguntas, que de temáticas, y así ha de quedar reflejado en los planteamientos- base de la propuesta, en nuestra humilde opinión.
Aquí van algunas de nuestras opiniones en clave de mejora y de aprendizajes que nos gustaría que se desarrollaran. Volvemos a felicitar al equipo y las comisiones organizadoras por el esfuerzo en todas sus dimensiones: físico, creativo, participativo y militante de esta iniciativa. Ojalá que podamos editar más números monográficos sobre eventos de amplio recorrido, como éste, que tienen en su núcleo transformar, mejorar el mundo presente y futuro desde la perspectiva educativa. Y que crezcamos investigando.
[1] Para saber más: http://www.congresoed.org/iv-congreso-de-educacion-para-el-desarrollo/antecedentes/
Deja un comentario
Disculpa, debes iniciar sesión para escribir un comentario.